El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

27 febrero 2007

0

¿Por qué no se conforman con mi nombre?



¿De donde soy? Por ahora, no me angustio. Aquí, no importa si nací en el D.F., ni si viví 9 años en Sinaloa. Tampoco es problema si viví 16 años en León, pero los últimos 5 años fueron en la ciudad de México. Este tema me ponía siempre en aprietos. ¿De donde soy? Uts!!! Era complicado.

No soy del D.F. porque no me comporto 100 % como tal. Tampoco soy de Sinaloa, mi acento me desmentiría si dijera tal cosa. Soy más de Salvatierra porque ahí fueron mis primeras fiestas, mi primera peda y ahí salía a dar la vuelta. Y ¿cómo no decir que soy de León? si ahí tengo tantas cosas maravillosas, gente que amo y, Dios quiera, futuro. Pero ni nací, ni pasé mi niñez ahí.

Pues mientras esté fuera de México, no hay de otra. Soy “La Mexicana”. Sí, así como la película, que sinceramente nunca se me antojó ver. Según dicen, cumplo con los requisitos. Morena, pelo negro, largo, medio ondulado, jacarandosa y desmadrosa (no es el término que usan, pero esa es la idea).

Lo que fue un poco más difícil de resolver fue la raza. Resulta que para pedir información o hacer cualquier trámite, debo señalar a que raza pertenezco. ¡Trigueña por supuesto! Pues no, no aceptan esta raza, mucho menos cuando me voltean a ver. ¡Ah chingao! Pues de chiquita, mi hermana me decía que era mongola, pero tal vez no se refería a la raza, porque la regañaban por decirme así.

La verdad es que no recuerdo haber escrito el tipo de raza que soy. Pero acá, si lo he tenido que hacer. Al principio, cuando la opción de “otros” me sentía a salvo. Según yo las razas eran caucasoide, mongoloide, negroide y australoide. Ajá, pero acá me ponen a elegir entre 15 o 20. Y no cumplo los requisitos de ninguna. Así que cuando no hay un “otros”, sino una rayita para que yo ponga la raza, inventaba: “latinoamericana, caribeña, hispana”.

Cuando lo consulto con otros que no son los de la lista, me dicen lo mismo, inventan. Así que un sábado, en el break, le pregunté a John, mi profe de Inglés. Hizo un repaso de historia de “America”, porque así le llaman a E.U. Medio le platiqué el pedo de la conquista, y con ambas historias llegó a la conclusión: “eres indígena con mezcla de blanco africano”. Uts!!! Medio entiendo, cuando le dice a Sergio que él, precisamente es blanco con mezcla africana.


Para dar una idea de cómo es Sergio, mis compañeras chinas, dice que Sergio se parece a David Beckham (la carrilla, la guardo para otra ocasión). Justo hoy, decíamos que ¡claro! Como los españoles no son transparentes como los ingleses, entonces eran blancos con mezcla africana.

Ante toda la discusión, me doy cuenta que soy neófita en el tema. Seguramente porque estaba fuera de mi contexto. Pero ya no. No puedo andar por la vida dudando sobre mi raza. Mucho menos si caigo en la idea de que la gente se mata por ser de una raza o de otra. ¡Que irresponsable he sido! Por ahora, me queda claro que soy “mestiza”. ¡A webo! Lo vi en la escuela ¿cómo lo pude olvidar?. Solo me falta investigar si ese término es aceptado, o si, como dice John, debo decir que soy “indígena con mezcla de blanco africano”.

23 febrero 2007

5

¿Qué tanto sabes del dolor crónico?


¿Qué es dolor crónico?

“Suena a mucho dolor”
“A un dolor muy fuerte”
“El dolor no es una enfermedad, sino un síntoma”
“Significa que algo tienes, y que el dolor te está avisando”
“Que tienes muchos días con dolor”
“Algo importante debes tener, para que se justifique ese dolor”
“Busca otro doctor”


Estas son algunas percepciones que he escuchado o pensado respecto a dolor crónico.

¿Con qué se quita el dolor crónico?

“Con medicina”
“Los masajes son buenísimos”
“Métete a yoga, la meditación hace que desaparezca el dolor?
“No sé, pero ya no tomes medicina”
“Un buen revolcón, cura todo”
“¿Por qué no vas al psiquiatra?”
“Puede que la acupuntura te sirva”
“Que te operen otra vez, para que ya no tengas dolor”

Sugiere la gente y se los agradezco infinitamente, porque de tantas opiniones he armado la propia.

¿Qué le pasa a alguien que tiene dolor crónico?

“Está de mal humor con la gente que convive”
“Deja de hacer su vida normal, porque no acepta lo que le pasa”
“Se siente triste de tener dolor”
“Se clava en el tema”
“Cree que le está pasando lo peor”
“Tiene días buenos y días malos”
“No debería cambiarle la vida, todos tenemos alguna u otra enfermedad”

Quizá es lo que han visto. Tal vez alguien les contó. Finalmente así aprendemos de muchas cosas en la vida. De vistas u oídas.

¿Quién puede ayudar a alguien con dolor crónico?

“Un doctor, depende que le duela”
“El psiquiatra”
“La pareja, es básica”
“Un algólogo”
“Nadie, la persona se debe ayudar así mismo”
“Solo Dios puede ayudarle”
“Las amigas, son re buenas para escuchar sus problemas, y con eso se le quita el dolor”
“¿Yo? ¡Ah chingao!”
“Deberías de ir con un huesero”

No es un tema común. Solo alguien que lo tiene, cerca o encima, habla de él. Quiere que se hable de él. ¿Por qué? Porque las anteriores creencias son erróneas, imprecisas o incompletas. Porque es mejor que todos hablemos el mismo lenguaje. Porque el tema es incómodo para muchos, pero no para quien escribe.

Escribir sobre el clima, la comida y los recuerdos, y no hablar sobre esto que se instala en mi, sería, traicionar al importante factor que me mantiene sensible, escribiendo, sintiendo, disfrutando y a veces sufriendo.

Soy Pilar. ......Y…...... me diagnosticaron dolor crónico.
0

¡Ey, plebes!

¡Chingao¡ ¿Pues que matadera se traen? O es que siempre se la traen pero ahora ¿los medios informativos prestan más atención? Entro a las páginas de los principales periódicos y todos resaltan balazos, muertes, en varios estados. No descarto la idea de que estas muertes pueden ser mensajes de respuesta, al mensaje amenaza, del supremo comandante. Y digo del mensaje, porque los resultados dudo que los hayan lastimado aún.

Será el sereno, el chiste es que parece que alguien les dijo mataos los unos a los otros. Y todo a partir de que el señor de los cielos se fugó. Ahí empezó el desgarriate. Como en todo ámbito. se pelean el poder. Y nosotros sabemos de eso. En las empresas, en las dependencias, en los partidos políticos y hasta en las familias, vemos trifulcas y todo, por querer el poder. Hasta ahí es comprensible el punto. Lo que ya, raya en injustificable, es que sus formas son a balazos. Lo sé, es parte de su sector. Ahí es donde ya no nos gusta.

Aclaro. Si el presidente del partido gobernante anda de la greña con el presidente, y todo porque su “grupo” tenga más poder, pues no nos agrada, pero ya. Nadie muere por eso (hasta ahorita). Si un jefe despide a un subordinado porque lo está rebasando en productividad, relaciones, o sea, poder, no nos gusta, nos incomoda. Pero, nadie muere. Y así en todos los sectores, sabemos de luchas del poder. Y echamos culebras por la boca, hartas mentadas, dos tres berrinchillos. Golpeteos con guante blanco. Cucharadas de chocolate del otro. Un cuatro. Cabildeos. Todo de lo que tenemos a la mano en cada sector.

Las estrategias del sector del narco son más … ¿como decirlo? … no, cabronas no… digamos que no dan pie a las reconsideraciones. Nosotros cuando nos peleamos, por más agresión que haya de por medio, queda siempre viva la posibilidad de revisar el asunto, más calmados, cambiar posturas y negociar. Ellos no. ¿Cómo reconsiderar un asunto, con el otro perforado de 20 balas? ¿Cómo volver a ser compadres si mueren ambos y hasta los ahijados que los unieron?

Y a los que estamos en medio, nadie nos dice que hacer. La fuerza militar y policial tienen su estrategia. Los narcos estarán haciendo la suya. ¿Y nosotros? ¿Qué se espera que podamos hacer? ¿Callar? ¿debemos confiar, en que sino tenemos nada que ver, no saldremos heridos? No tengo la más remota idea. Solo me repito cada día, que no quiero llegar a vacunarme. Que no llegue el día en que diga, ¡bueno! ¡solo fueron 15 hoy!

Pudiera olvidarme por un rato del tema y asomarme a lo que hay más cerca de mí. Pero eso me asusta más. Hace 15 días, pasé un día completo en la biblioteca. En la noche, vi en las noticias que en un edificio cercano había tenido una amenaza de bomba. Agarran terroristas en esta ciudad. Ese tema, lo desconozco aún más y se menos, que hacer.

Mundo que nos ha tocado vivir, mundo que hacemos y mundo que estamos destruyendo.

Acaso, es que ¿todos estamos sin saber que hacer? y lo que hacemos ¿lo hacemos con las patas?

22 febrero 2007

2

Zapes con los sopes





Como much@s mexican@s, amo los platillos mexicanos. Y como casi tod@s, no suelo comerlos a diario. Seríamos un pueblo mucho más obeso, de lo que, de por si, ya es. Bueno, pues desde hace unas 2 semanas ando prometiendo hacer sopes. ¿A quién? A unos chavos que conocí en una fiesta de mexicanos. Ella es mexicana, del D.F. El es de Colombia. Ambos están aquí por un curso de 3 meses. Y viven en la misma residencia que nosotros.

Desde hace 2 semanas, quedábamos y cancelábamos. Desde el lunes, hicimos el compromiso de vernos, hoy, jueves a las 4:30. Un día antes le escribo que preferiría que nos viéramos a las 7, porque a esa hora llega JL de la Universidad. Hoy, me levanto y evalúo el estado de mi cuerpo. Cual hiciera el emperador, hice la señal de dedo abajo. Le escribo a Sus, disculpándome porque no estaba en condiciones de preparar comida, mucho menos de amasar. A los 10 minutos, me llama Sus

- Hola! Oye ya le pregunté a Jaime, y si, no hay problema llegamos a las 7:00 p.m.
- Hola Sus! Híjole, es que JL no me alcanzó a ayudar a hacer la masa. Confundida por recibir una confirmación, después de que le cancelé.
- Ah!! ¿Llevamos algo?. Sus parecía ajena a mi comentario.
- Refrescos. Le contesté, dándome por rendida. Y agradeciendo su despiste. Me agrada la idea de verlos.
- Perfecto ahí nos vemos.
- Oye Sus, sino puedo hacer los sopes, mínimo les doy de cenar sincronizadas, va? Le propuse para disminuir la presión que caía sobre mi.
-
Si, perfecto.
- Ok, entonces nos vemos a las 7.
Dije contentísima de que vinieran.

Ni modo, a hacer sopes. Y en mi nick del Messenger anuncio mi actividad. Pá pronto un amigo me pregunta si es de verdad mi intención de hacerlos, y nos quedamos platicando. Después de un rato me despido de él. Me desea suerte con los sopes, y me dice que ojalá no se hagan grumos. Estando yo, con un pie fuera de mi compu, le digo que no hay problema que ya sé que cuando pase eso, es que les falta “_____” y con eso de tener monitos en el msn, puse la palabra agua, sin embargo le apareció un monito babeando. Veo que me dice Ya no quiero sopes. Me regreso y veo, jajaja parecía que le había dicho que había que ponerle baba si se hacían grumos. Nos dió un ataque de risa y por fin me fui a hacer los famosos sopes.


Corté la lechuga y la puse a remojar. Limpié bien la superficie de la cocina, saqué la masa y una taza con agua. Hace una semana consulté con Cha, mi hermana mayor, la receta de la masa.
- Yo confío mucho en mi memoria. Me acuerdo de cómo le quedaba a Lucita. Me dijo ella, refiriéndose a mi abuelita.
-
Y yo ¿en la memoria de quién confío?
- ¿No te acuerdas? Me preguntó.
-
No.
-
Es fácil, sólo le vas poniendo agua. Si se hacen grumos es que le falta agua.

Empiezo a poner el agua en el centro de la harina, poco a poco. La voy moviendo, y si, me acordé como hacía la masa mi abuelita. Le quedaba suavecita. Muy suavecita. Era padre que hiciera tortillas, porque siempre salíamos ganando con un burrito de masa. Le decíamos que eso no parecía un burro. Lucita insistía en que sí. Me llegué a convencer que, un burro de verdad, tiene distinta forma a un burro de masa. Y no estaba del todo mal, ahora que lo pienso. Huele a mi abuelita.


Cuando estuvo lista la masa, me dispongo a armar los sopes. Para ese entonces ya tenía calor, así que abrí la ventana de la cocina. Esa la que parece ventana de tiendita pero que no abre. Los estudiantes pasan y se quedan viendo cómo estoy haciendo los sopes. Me divierte eso y me pregunto si alguno se va a atrever a preguntar que hago. Pongo el aceite a calentar, y cuando pongo el primer sope, el ambiente cambia. Ahora me acuerdo de mi nana. De las quesadillas rellenas que hace en días especiales. Lo sopes van friéndose bien.

Empiezo a sentir un inmenso cansancio. Hago una pausa y me siento frente a mi computadora. Me entretengo tanto que cuando estaba friendo el último sope, llego a oler a masa quemada. Corro y alcanzo a rescatarlo. Corto el jitomate. Deshebro el pollo, que previamente puse a cocer. Y pongo un poco de orden en la ropa sucia, el baño, la cama, etc.

“Me doy!!!” Necesito un descanso. Pongo a freír los frijoles y me siento. Me puse a chatear con mi amiga Pollo, supongo que largo y tendido. “Ufff! Ufff! Huele raro”. Corro y los frijoles estaban quemándose. Aplico el plan A, que es quitarle todo lo quemado. No sirve. Aplico el plan B, que es echarle chile picado. Siguen sabiendo a quemado. Aplico el plan C, les echo café. Algún día me contaron que en vips y sanborns hacían eso cuando los frijoles ya estaban agrios. Pienso, agrios y quemados, ahí se dan. Y ¡sí!, bajo el sabor de quemado.

Trato de encontrar descanso en la regadera. Se siente bien, pero estoy temblando. Creo que fue demasiada actividad. Finalmente, estoy lavando los últimos trastes, cuando llega JL.
- ¿En que te ayudo amor?
- En lavar trastes, estoy muerta.
- Acuéstate, yo sigo.
Me dijo mi comprensivo esposo.

Me acuesto un rato. Trato de hacer un recuento de cuántas veces corrí y todo lo que hice. “Ya son las 7:40 y no llegan”. Si tienen que cruzar un jardín, pero no toma más de 6 minutos. Así que me siento enfrente de mi compu para hacer tiempo. Abro mi correo y veo un correo de Sus.

“Está bien, lo que menos queremos es dar molestias. Recupérate pronto. Estamos en contacto. Sus”

- ¿
Queeeeee!!!?. Pero ese correo se lo mandé antes de hablar por teléfono. Uts no van a venir. ¿Que hago con 18 sopes?

Teléfonos, celulares, correos y nada. Después de hora y media, nos resignamos y cenamos. Quedan 15 sopes. Tal vez para mañana. Me da tristeza porque tenía ganas de verlos. Me da risa porque mi día fue un caos. Me da alivio porque para mañana alcanzaré a hacer otros frijoles. Sin chile y sin café. ¿Si hubieran venido hoy, se hubieran enfermado? Tal vez, así que agradezco al ejercito de ángeles que me los desvió.

Otro día de sopes y solicito una amasadora, un limpiador, un lavador de trates y un cortador de verdura. Eso sí, hoy cenamos delicioso. Sopecito con pollo, lechuga, jitomate, queso, crema… y salsita verde, picosita. Mmm ¡delicioso amigos!





14 febrero 2007

2

Revisé mi corazón


Si claro, el verdadero amor existe cuando el dar provee más satisfacción que recibir. Diríamos que así quieren los padres. También he escuchado que el verdadero amor significa no esperar nada a cambio. Y me pregunto si siguen siendo los padres, cuando ellos esperan respeto. Leí que el verdadero amor es incondicional, como la de Luis Mi, pero nada más.

Los Sabios dicen que cuando se consigue el verdadero amor, se vuelve eterno. Arremete en contra de la fuerte resistencia del "yo" y se siente un poco del resplandor del verdadero amor dentro. Si, creo que sí, así se siente. Pero ¿quien soy yo hablando de amor? Mi historia en ese renglón es confusa.



Recién nacía, fui comprometida en matrimonio. Sí, en México, más exactamente en el DF, fui dada en matrimonio, siendo una bebe. Al estar bajo cuidado de mi nana, ella me llevaba a los lavaderos del edificio donde vivíamos, mientras lavaba. Ahí también, iba una chava con a un bebé, que cuidaba. Soñaban que, cuando grandes, aquellos bebés que sincronizaban balbuceos y llanto, se casaran. El es doctor, lo supimos hace unos años y, seguía soltero, fiel a mi. Carlos, creo.

Luego, más que en mi memoria, en la de mi familia está mi primer noviazgo. Tenía 4 años. Era mi cumpleaños. Mis papás acostumbraban, celebrarnos nuestro cumpleaños en nuestro salón de clases. Mi hermana mayor y yo, cumplimos años en la misma semana, así, era una fiesta en noviembre. En esa celebración había un niño que se acercaba frecuentemente a mi papá, y cuando éste se percató, el enenato se presentó como novio mío. Octavio se llama.

Todavía niña, empecé a soñar con un príncipe azul. Ese príncipe, era el hermano de mi amiga. No llegué a enamorarlo, pero me apropié de parte de su corazón. Durante años, fuimos grandes amigos. Hoy, me da tristeza verlo tan distante. ¿Qué pensará él al verme? No sé si le hice algún daño. El a mi, no me dañó. Su lejanía me duele y aún así lo quiero. Deseo con toda el alma, que sea feliz.

A los 17 tuve mi primer noviazgo, de 23 horas. Una hora de declaración, 2 de duda y una para decir que si. 18 horas sin verlo ni hablar con él y una para decir que no, claro que no quería ser su novia. Es casi un secreto familiar el nombre de dicho ser. Y mis amigos de Salvatierra, solo lo recuerdan para echarme carrilla. ¡ya pues! Un desliz lo tiene cualquiera.

Luego conocí a un ser extraño. Duro e irónico, me atrajo y lo conocí. En realidad era un ser lleno de amor. Me asustaban sus regalos, siempre firmados con calaveras. Pero, era su manera de expresarse. Siempre me tenía presente y yo lo quería y admiraba mucho. Casimiro, le decíamos se cariño, porque necesitaba mucha ayuda para poder ver bien. El contexto era el apostolado. El noviazgo duró pocos meses, por diferencia de inquietudes. Me asusté, lo confieso. Y eso no fue bien visto. Hoy tiene dos hijas y vive lejos de México, y ahora que lo pienso, cerca de acá.

A uno días, conocí a un norteño. Más alto que todos, guapísimo y muy comentado en mi salón. Yo era porrista y el venía a un inter teresiano. Fui feliz 3 días, enamorada de esa manera por primera vez en mi vida. Cartas fueron y vinieron por más de un año. Largas llamadas telefónicas. Hasta que cada quien hizo una vida de verdad. Por medio de Marce me he mantenido al tanto. Para mí, “Manuel”, siempre será un gran ser.

Ya estaba en la universidad. Falleció una persona muy cercana a alguien que yo empezaba a conocer. Me dolió imaginar su dolor. Durante muchos días traté de no dejarlo solo. El estaba susceptible y yo, siempre lo soy. Me confundí y dije quererlo, en realidad lo que siempre quise es que el fuera feliz, y creo que ayudé a que lo fuera. Eso significaba que yo me volvía menos necesaria y eso me dolió. Alguien me sacó de ahí y me llevó a salvo a mi casa. Me gusta saber de él. Y, como siempre, deseo que sea feliz. Para mí siempre será mi amigo.

A ese salvador lo vi 3 días más y le pedí que fuéramos novios. Unos días después, le escribí al norteño que terminábamos porque ya tenía otro novio. Ah!! Claro!!! Yo seguía con el norteño. Este nuevo noviazgo fue con alguien 5 años más grande que yo, pero con cara y corazón de un niño. Fue la primera vez que dije un “te amo”. Era, para mi, todo. Era mi razón de vivir, imaginaba el resto de mi vida con él. Era mi familia. Mi familia lo acogió y su familia a mí. Vivimos grandes fiestas y crecimiento mutuo. 6 años y medio después, abruptamente, todo terminó. Ambos creemos que fue para bien. Hoy, si había algo que perdonar, ya lo hemos hecho. Ahora contamos el uno con el otro.

Mi corazón estaba roto, estaba dolida y apareció el ser que la psicología siempre advierte que aparecerá. El ser, que se asemeja al padre. Mi nana, incluso, se asustó del parecido de éste ser con mi papá, cuando éste era joven. Su actitud fresca y soberbia y su chispeante ingenio provocó “enamoramiento” en mi. Y así como llegó, se fue. También, se le iba de las manos, el encanto que generaba en las mujeres. Gracias pues, porque por él cambié drásticamente mis planes, supe lo que es vivir en las tinieblas y supe que se puede salir de ellas. Creo que “el gusano” es feliz. Que así sea.

Dicen que los ángeles nunca fueron hombres, ni que éstos se vuelvan ángeles. Y será el sereno, pero él lo fue y lo es. Ha sido un amor paciente y entregado. Creo que el es feliz solo porque existo. Esa siempre ha sido mi definición del amor. No me cree perfecta, de hecho le incomodan muchas cosas de mí. Vivir con el, es una vida casera, de paz. Yo quiero que él sea feliz y el quiere lo mismo para mí. Día a día intentamos descubrir la fórmula para lograrlo.

Ándele que son 9!!! Hay estudios que dicen que conoceremos 9 personas significativas en la vida. 9 personas con las que viviremos el amor. Y entre esas 9, está el amor de la vida. No necesariamente es el 9, sino cualquiera de ellos. Cualquier relación posterior, será la repetición de algún tipo de relación que ya tuvimos. Aunque… el bebé de los lavaderos no creo que cuente, ni el enanito del Kinder, mucho menos el noviazgo de horas. O sea que me quedo en 6!!!

¿Que si me he enamorado más veces? Debo contestar que sí, sino me caerán decenas de reclamos, recordándome gente. Pero tengo mis razones para no relatar sobre ellos. Uno que otro se ha vuelto famoso. Otro es delincuente. Los más, nunca me pelaron. Y finalmente, hay, quien, debo confesarlo, nunca merecí sus besos. Merecía algo mejor.

¿Hablar de amor? Ahí está, no tengo nada más que decir. He vivido el engaño químico del enamoramiento. Me he sentido protegida. He amado. He probado el sabor amargo del desamor. Me he alejado de alguien que amaba. Me he sentido amada. He roto corazones. Lo normal, que todos hemos de vivir.

¿Festejar el amor? Órale, lo festejo en mi historia, y que todos los seres que he recordado hoy, estén viviendo esa intensidad en el corazón, de amar y saberse amados. Y que, quien lea esto, recuerde su propia historia y desee, de corazón, lo mismo.

La neta, que incómodo es hablar del amor. Creo que lo mío, lo mío, el 14 de febrero, es celebrar la amistad.

09 febrero 2007

0

Caminito de la escuela


Muy frío por cierto. Ahí voy, entre neblina, cruzando jardines congelados y solitarias calles. Reinicia el periodo de clases de inglés. Y cual Menudo, hubo reencuentro. Sergio,Ting, Mayumi y yo. El español, la china, la japonesa y la que escribe, respectivamente. John vuelve a estar a cargo del grupo y es genial, porque es inglés pero vivió 7 años en España. O sea es chachalachero.

Al finalizar la clase, los cuatro amigos nos quedamos de ver en la semana en la biblioteca de la ciudad. Ting no ha ido, y no tiene su tarjeta. El miércoles siguiente dice que nos ama porque encontró un mundo que le gustó. Se tiene que ir temprano a trabajar, pero primero pide prestado un libro de cuentos para niños. Pienso que es porque el inglés es más sencillo, pero no, ella dice que solo le gusta leer lo que tenga monitos. Diablos!!! He perdido una lectora.

Sergio nos invita a un café a Mayumi y a mí. Es delicioso, tiene una parte donde son salitas pequeñas ¡con chimeneas! con permiso, y me les siento en la alfombra dando la espalda al calorcito. Platicamos sobre la familia. Ellos, cada uno, tiene un hermano mayor. Y ellos, un hijo. O sea, los tres tenemos un sobrin@.

En algún momento, llegamos al tema de los besos y los abrazos. ¡Hablando! Ya, algún día, nos habían aclarado que en China y en Japón no dan besos al saludar. Cosa que Sergio y yo olvidamos un día sí y otro también. Alguno saluda de beso a Ting y Mayumi y justo en el plantón del beso ¡Diablos! Nos acordamos.

Trato de indagar un poco más con Mayumi respecto a los abrazos. Dice que las mamás cargan a los bebes, les dan de comer, pero solo eso, sin abrazos. Y así crecen, sin abrazos hasta que tienen novi@s.

- Yo tengo 11 exnovios. Dice sonriente Mayumi
- Jajajaja no pues si!!!! Después de tanto tiempo sin apapacho, había que desquitarse. Le echo carrilla a Mayumi, quien ya se acostumbró a mi humor.
- O sea que abrazaste suficiente antes de casarte. Porque ahora solo abrazas a tu esposo. Le dijo Sergio
- No, en Japón después de 2 o 3 años de casado, los esposos ya no se abrazan. Confesó Mayumi, quien tiene 10 años de casada.
- Ah, en España tampoco. Jajajajaja. ¿Y en México, cómo es?...

A la primera oportunidad me sumerjo en la red, buscando la razón por la cual los japoneses no tienen contacto físico. Encuentro comentarios al respecto, más no, una seria investigación. Dicen que es por higiene, otros por honor y algunos más, por respeto. Hasta el momento de escribir estas líneas sigo con la duda.

Hay estudios occidentales que concluyen que un abrazo da, por sí mismo, bienestar. Genera endorfinas en el abrazante y en el abrazado. Eso sucede en los cerebros occidentales. Que por cierto, son iguales a los orientales. Pero las experiencias que influyen a ambos son distintas. Nosotros aprendimos que el abrazo tiene muchos significados, de perdón, de adiós, de amor, de amistad, de duelo, de felicitación. Para ellos, un abrazo parece que está reducido al deseo erótico.

Si fuera así, ellos igual que nosotros, generan endorfinas cuando abrazan, pero en limitadas ocasiones. Uts! Que desperdicio. No saben lo que se siente no hablar y decir con un abrazo:
- Amiga, te necesito
- Hermana, estoy muy orgullosa de ti.
- Siempre me haces falta, Mamá.
- No sé que voy a ser sin ti, amigo
- Papá, te voy a extrañar mucho
- Te amo, pero entiendo, que tu a mí no.
- Nana, gracias, siempre gracias.
- Lo siento mucho, me gustaría evitarte este dolor, amiga.
- Decidas lo que decidas, yo te apoyo.
- Me voy, pero hazme saber si me necesitas.

O ¿tendrán alguna manera de hacerlo?. Mayumi y la red no me dan respuestas, y me angustio. Cuando recuerdo un abrazo, lo siento y vuelvo a estremecerme. Incluso el abrazo de un sueño permanece en mí, pero esa es otra historia, diría la nana.

Lo que sí encontré fue este dato. Por un estudio realizado por el antropólogo Edward T. Hall, hizo una escala, donde coloca a los países según sus costumbres, tienen más o menos contacto físico. Los primeros son los que más se sabrosean (mos) y los últimos los aburridos. Ja ja ja.


1. Árabes
2. Latinos
3. Africanos y afroamericanos
4. Asiáticos, hindúes y pakistaníes
5. Anglosajones y escandinavos.

También encontré el dato de la Campaña Hugs Free. En su página, fácilmente localizable, está la historia de cómo nace dicha campaña. Hasta ahora, algunas ciudades de Inglaterra, España, México y ¡Japón!, tiene en sus calles a gente con carteles ofreciendo abrazos gratis. Según las fotos que vi, el problema de los seguidores es que parece que han pasado 2 semanas en el movimiento… en las calles… sin bañarse. Y pues muy chida su propuesta, pero cero que se me antoja.

Ah!! Los japoneses acaban de sacar a la venta unos robots para una “terapia del abrazo”. Venden almohadas para abrazar en la noche. Incluso, una de ellas, en un extremo tiene un brazo con una mano.

En lo que le entro, yo digo que empecemos a abrazar a la gente que si conocemos. Dar los buenos días con un abrazo, en éstos días tan fríos, ¡uts que rico!. Cerrar un trato con un abrazo, sería como poner con el cuerpo la firma de compromiso. Abrazar a quien nos dio de comer rico. Abrazar para sentir protección. Abrazar para dar protección. A Dios gracias que soy latina, y por lo tanto, abrazadora.