Silencios farmacéuticos

Los silencios presentes en los últimos días, de éste y mis otros blogs, tuvieron origen sencillo pero repercusiones raras.

Resulta que fuí a buscar a mi irish doctor. Necesitaba una nueva prescripción médica y hacerle dos que tres preguntas y solicitudes. La sorpresa es que el mío, el que me corresponde y escogí, y que él me aceptó, estaba de vacaciones.



Me pasaron con otro doctor, con poquita menos paciencia que la Leona Dormida, joven, pero que parece que está actualizado. Durante la consulta, le sugería yo, que me enviara con un especialista en dolor, para que revisara mi tratamiento y en una de esas, encontraba un coctél menos agresivo.


Yo feliz de estar asesorada por MMM (Manos Mágicas Madrazo) pero cuando hago cuentas de que son casi 1000 días de vivir fuera de Mx, creo que vale la pena intentar algún otro tratamiento, bajo la vigilancia médica que la chula Irlanda me pude dar.


No escuché un no, pero si la propuesta del nuevo doctor, de que él mismo me cambiaría un medicamente. ¡Ora va! Ya conocía la nueva opción, así que acepté flojita. Lyrica por Neurontin ¡va, veamos cómo funciona!


También le pedí otras pastillitas, chiquitas ellas, que me hagan tener hormonas en orden y el endometrio bajo control. Le costó trabajo, pero soltó igual la prescripción, de las que me recomendó que tomara Oscar.


Ya pues, no se trata de enterarlos de imprudencias, sino de aclarar que fueron dos medicamentos nuevos en la vida mía. Habiendo pasado por ésto varias veces, me esperaba varia cosa, sabiendo que lo que sucediera, pasaría pronto en lo que el cuerpo se acostumbra.


Sueñito, mareo y atarantamiento ¡adicional! me pareció normal. Hambre, mucha hambre y, lo que me causaba extrañamiento, una sensación, que solo he vivido cuando tomo coca-light en ayunas o cualquier cosa light, antes de cualquier alimento.


Revisé las posibles reacciones secundarias del nuevo medicamento y si, todo coincidía, hasta el hambre, pero del otro malestar, nada.


Cinco días después, anoche, chateaba yo con Cha, y le conté de ésa sensación extraña.



- ¡Ah si! a mi me pasa con una de las pastillitas chiquitas. Dijo. - ¿Neta? pregunté sorprendida.
- Si, con la que se llama 8888888
- ¡Ahhhhh es la que también me dieron! Entendí todo.
- Pues yo la tomaba por la noche para no sentirme así en el día. Me contó Cha.


Hoy haré eso. Cambiaré la hora de administración y espero que solo quede el atarantamiento y el hambre. ¡Que por supuesto quisiera que se fuera! Trato de comer peras, manzanas, zanahorias... pero en cada una veo la cantidad de fructosa, de calorías y temo lo peor ¡Que lleguen kilos de más! ¡Exijo importanción emergente de jícama!


Sigo como down en ánimo y sinapsis, pero aquí estoy, estoicamente contándoles de mis silencios y encuentros farmacéuticos. Además, ¿Qué diablos quieran que diga? si descubrímos que lo que más me había gustado de la inauguración de los Juegos Olímpicos, había sido truqueado por computadora. ¿Qué quieren que diga? si la chavita que cantó el "himno a la patria" era demasiado cara redonda para aparecer en escena.


A partir de ésto, lo que digan los chinos, como país, como gobierno, lo que digan sus representantes, serán "cuentos chinos". ¡Si de por sí!



Diccionario de Pucca:


Leona Dormida: cantante mexicana conocida así por una canción que cantaba. Se llama Lupita D´lessio y se hizo famosa con canciones de ataques a los hombres infieles, machines y groseros.


Cuentos chinos: dícese de historias poco creíbles que posiblemente tengan más de mentira que de verdad.