El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

21 octubre 2009

2

La vivencia de la muerte

Cuando yo era adolescente y mi papá enfermó, además de todo lo que ello implicó en casa, me encontré con que ninguna de mis amigas se había enfrentado a la enfermedad o muerte de un papá o mamá por enfermedad. Fue como si la situación estuviera fuera de tiempo.

Diez años después, algún papá o mamá enfermó, incluso, tristemente, falleció. Cada época tiene su "normalidad" en cuanto a enfermedad y muerte. Por ejemplo, a mis 34 años, tengo un abuelito vivo. Soy afortunada, porque algunas personas de mi edad, ya no tienen a ningún abuelito con ellos.

Seguro lo mismo verá mi mamá, que cuenta de su papá y se ha de encontrar con que sus amistades tal vez ya no tengan a sus papás vivos. Y lo mismo le pasa a mi propio abue que ha ido viendo cómo fallecen sus hermanos y amigos.

La diferencia de la etapa que vive él, a comparación de la mía y de una generación más, es que el vivir el duelo de alguien cercano le hace reflexionar sobre la cercanía de su propia muerte. Es "normal" de esta etapa de la vida pensar en eso.

Mi abue dice que están llegando las señales de que ya se tendrá que ir. A veces está mucho más triste y dice que está entregando el equipo. Cuando dice estas cosas yo trato de levantarle el ánimo, le digo que es normal que esté triste, que se vale. De pronto creo que solo necesita que alguien lo escuche. Es chistoso, el no escucha bien, pero eso no significa que no se le pueda escuchar bien. Así que lo dejo que me diga todo lo que quiera. Después de un rato empieza a bromear y lo veo mejor.

No es fácil hacerlo, escuchar a alguien que quieres, decir esas cosas, es triste y da mucho miedo, da pánico que pueda tener razón, el corazón se apachurra y dan ganas de prender la tele y terminar el tema. Dado que soy una fuente de llanto, trato de esconder las lágrimas que se me salen, pero apechugo lo que yo siento, pensando que él necesita desahogarse.

El es sabio. Es cierto que en la vejez se van recibiendo señales de que el fin se acerca. Dos semanas o 7 años, pero se acerca más de lo que se acerca a los 34. A esa edad, creo que no hay que contestarle que "no diga esas cosas" o que "no piense en eso". Que hable, que diga todo lo que tenga que decir, de la muerte y de sus miedos en general.

Pido perdón a mi mamá, mis hermanas, tíos y primos que leen ésto, sé que es mejor leer cosas divertidas. No intento poner triste a nadie. Es sólo que quería escribir de él, de lo que vive y de lo que piensa.

¡Ni modo! Así son las etapas de la vida y hay que aprender. Espero aprender un poco más de qué decirle y cómo puedo darle amor y paz.

16 octubre 2009

3

Lee un libro

Todavía yo estaba en Limerick cuando falleció Frank McCourt. El pueblo entero se mostraba consternado, hasta sus mayores críticos daban entrevistas diciendo que era una pérdida irreparable. Si, un escritor nacido en Nueva York, Estados Unidos, pero que creció en Limerick, Irlanda tenía feroces críticos. Gente que durante décadas ha dicho que la visión que Frank McCourt que refleja en su bestseller "Angela´s Ashes" (Las cenizas de Angela) es de una Irlanda surreal que hacía ver a los irlandeses como borrachos y pobres.

En mis vacaciones, que acaban de concluir, finalmente leí este libro. Creí que lo debía de leer mientras estuviera en Limerick, pero ahora veo que no era necesario. Confieso que si me emocioné al leer expresiones de los irlandeses, lo que se dice de la gente de Limerick o de otras partes de Irlanda, encontrarme con calles que pude recorrer mentalmente mientra leía lo que pasó en ellas hace casi 70 años.

El libro lo recomiendo aunque no conozcan Limerick o Irlanda. El autor hace un relato de su infancia, dando detalles de la visión de un niño sobre la pobreza, el amor, la muerte y todo lo que tuvo que vivir Frank cuando su familia decide ir a buscar suerte en Irlanda, porque en Nueva York ya no les estaba yendo bien. Se encuentran con una Irlanda pobre y familiares que no los reciben con gusto.

Tu, como yo, imaginarás que es un libro triste por el entorno en que se desarrolla la historia. Ahora que ya lo leí, te diría que sí y no. Lo que se lee son las palabras de un niño. En ellas hay ingenuidad que resulta muy simpática. Mientras no se olvide que es un niño el que nos habla, el libro se disfruta muchísimo. Altamente recomendable.

06 octubre 2009

4

Maniquí artrítico

Desde mi primera visita a Panamá me llamó la atención ese detalle. Fue hace seis años más o menos. Las otras dos veces que vine, me volví a reír y a sorprender. Ahora no me quedé con las ganas de platicarlo.

Resulta que en las tiendas de la zona popular, pero también en una que otra boutique en los centros comerciales nice, usan maniquis de pechonalidad, pero en serio. Y así que tu digas, las panameñas son así, no. Son "culonas" dirían los españoles, nomás.

Lo sé, es como el hecho de que los maniquis que usamos en México son como talla 0 ¡bueno! si la ranita de las tallas pudiera brincar para atras lo haría con esas monas.

¿Por qué se usa lo irreal en la mercadotecnia? ¿Por qué nos gusta que nos vendan así? ¿Por qué necesitamos que nos vendan así?

¡En fin! No se trata de filosofar. Solo de compartir los dotes de los maniquis panameños.

Especialmente para ellos, aunque mal paguen. ¿Verdad que si están de no mames?