El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

28 agosto 2012

2

Tres años de gracias








Hoy hace tres años volví a México. No tenía una idea clara sobre a qué volvía, en ese momento la única claridad que tenía era querer tocar base.  Otros tres años atrás me había ido a otro país, a vivir aventuras, a empezar de nuevo una y otra vez.  En aquel entonces vivía en México DF.

Pero no ahí no estaba mi base.  El lugar era aquel donde viví la mayor parte de mi vida, donde tengo amigos que 5, 10 o 20 años después me reciben con abrazos cálidos, donde mi familia se reune.  Llegué a León y no me equivoqué.  El despertar en casa, con el cariño de mi madre, nana y mi abuelo me mantenía en un estado de placer que no permitió que me ofuscara la incertidumbre.

Tanto me entregué a ubicarme, que durante el primer año no busqué trabajo.  Inicié rehabilitación de cuerpo, de alma y con mi gente. Todo con calma, con cuidado, porque hacía ocho años que no vivía en esta ciudad, porque cuando me fuí tenía distintos niveles de energía, tenía un distinto estilo de vida y de relacionarme.

Cuando cumplí el año toqué una puerta y se abrió de par en par, desde entonces me he mantenido trabajando.  Dos años después creo que a penas voy encontrando los tiempos, los proyectos y la gente con la que trabajo sin descuidar lo más importante. Al año de trabajar, hace justo un año, encontré mi propio lugar.  Le digo mi huevo porque es pequeño, pero sobre todo porque es mío. 

Al ver la historia de estos tres años, recuerdo porqué me bajé de aquel último avión con esa sensación de "todo estará bien".   Mi madre y mi tío me recibieron amorosamente y me llevaron a casa donde otros corazones amorosos me esperaban también. Era noche pero ahí estaban mis amigas para abrazarme y confirmarme que todo estaría bien.

Ni en todo el optimismo me imaginé lo que lograría en tres años. Gracias a mis hermanas por su amoroso apoyo, gracias a mi mamá por cobijarme nuevamente, gracias a mi nana por acompañarme, gracias a mi abuelo por esperarme y regalarme cientos de oportunidades de platicar con él, gracias a mi familia por abrazarme, gracias a mis amigos por apoyarme, gracias a mis nuevos amigos por llegar y gracias al amor por estar. Gracias vida por este tocar base.


01 agosto 2012

0

Amor a domicilio



Los días alrededor de este calendario son dolorosos, son irreales y son difíciles. Es imposible  no imaginar como sería la vida ahora de haber sido distinto todo hace seis años.  Hay momentos en que me siento sobre puesta, en que me asombro de la naturaleza humana al encontrarme sonriendo, durmiendo en paz y amando, después de haber tenido un dolor tan grande.  Así son los finales de julio y los principios de Agosto.  Pero también, esos días pasas cosas mágicas que no solo restablecen mi paz y Fe, sino que,  me dejan en un nivel de mucho mayor comprensión y amor a la vida.

Hace unas semanas que disfruto a mi sobrina, la única de sangre que tengo.  Al decir disfrutar quiero expresar aprender, explicar, reír y mil verbos más.   Siempre he dicho que la energía de los niños me da vida y eso es lo que me da con mil cosas más un solo abrazo de mi niña. 

Hoy desperté cansada de un día de Parque con ella y 3 niños más.  Cansada rico, cansada triste.   En eso estaba a media tarde todavía, cuando sonó el timbre.
-          Hola Tía
-          Soy yo, tu sobrino.

El hijo mayor de la Toña vino en bici a conocer el huevo y a saludarme.   Él es uno  de mis sobrinos que mi corazón ha adoptado.   Ese corazón que ha disfrutado muchos momentos con ellos, menos de los que me gustaría poder vivir, pero que dejan profundo amor en mi. 

Después de platicar un rato nos abrazamos y nos despedimos y al cerrar la puerta agradecí, sonreí y lloré de la maravillosa sincronicidad de la vida. Ni El, ni su mamá saben qué días son éstos… pero Dios si.  

Mi niño, nunca voy a olvidar que hoy me hiciste un gran regalo, te lo dije, me hiciste el día y, no te lo dije, pero me pusiste mertiolate en el corazón. Amiga, gracias por compartir conmigo tus más preciados tesoros.

La vida tiene sus equilibrios en donde, casi, alcanza un saldo a favor.